martes, 20 de marzo de 2007

El PEORiodismo actual

Propaganda anti-fascista.

















La calidad del periodismo del Homo Moderno sigue cayendo en picado, cada vez más tendencioso, manipulador y patéticamente parcial, olvidándose completamente del enfoque objetivo y de la función informativa que deben tener las noticias, independientemente de la línea de opinión que tenga cualquier medio de comunicación de masas.

La noticia aparecida hoy sobre la "ley anti-homosexualidad" (como ellos la califican) que quiere aprobar el gobierno polaco, ni siquiera nos ofrece un enlace o un extracto de dicho proyecto de ley, para que podamos formarnos una opinión propia. No, claro, no interesa que tengamos criterio. Basta con que nos creamos que es una "ley anti-homosexualidad" porque lo dicen ellos. Y punto.

Esta "ley anti-homosexualidad" busca acotar la publicidad (más bien, la propaganda) que se hace de dicha condición sexual y que, cada vez más explícitamente, intenta llegar a menores de edad, más vulnerables y más moldeables que el resto de los ciudadanos. Y los quiere proteger porque una cosa es informar sobre esta condición sexual y otra muy distinta hacer apología.

En todo el ámbito institucional europeo, se intenta llegar a la aceptación por medio de la repetición. Las clases de homosexualidad que intenta meternos el gobierno español en el temario académico obligatorio, los programas dirigidos a niños sobre homosexualidad que emite la televisión pública holandesa y la obligación, por parte del gobierno de Inglaterra, de "repartir por igual" a los niños entre familias y parejas homosexuales en los centros de adopción, no me parecen ejemplos de pluralidad sino más bien imposición de la homosexualidad por reiteración. Una suerte de discriminación positiva, vamos.

Si resulta que la homosexualidad es una condición sexual más, ¿por qué se incide tanto en ella y se acusa de homófobo a todo aquel que no la comparte o que no la defiende?
(no digo ya que la ataque o que la discrimine, que eso es reprobable)

No he visto a nadie calificar de heterófobo a Pedro Zerolo (el gay oficial del PSOE) por exhibir una pancarta que decía "Aquilino metete un pepino" en la manifestación del 2006 en Madrid. O a los que se dedican a ridiculizar la religión todos los años, convirtiendo así la manifestación del día del orgullo gay en el día de la soberbia gay, en la que continuamente muestran todas sus "dignidades" y "respetos" sin ninguna educación. Y los demás nos tenemos que aguantar.

Pero, obviamente, para una sociedad que hace apología constante de "folla bien y no mires con quién", que permite 400.000 abortos al año (y aumentando) gracias a las "consecuencias" de este eslógan, que reparte condones gratis entre menores y les alienta a probar todo tipo de opciones sexuales entre los 6 y los 16 años, pues es imposible que entienda este tipo de protección del menor.

Y es completamente impensable que se le de un tratamiento objetivo a dicha noticia. Hasta ahí podía llegar el Homo Progresista.

Mientras esto sea así, El Buen Salvaje se autocalifica como homófobo y progresistófobo. Y a ver quién es el anti-democrático que me dice que no debo pensar así.

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