lunes, 27 de diciembre de 2010

¿Eres socialista? Eres idiota


Nunca iban a subir los impuestos…
No iba a haber recortes sociales bajo su mandato...
Nunca se echarían atrás en el cheque-bebé…
El Pacto de Toledo garantizaría siempre el poder adquisitivo y el bienestar de los pensionistas…

… y un largo etcétera de promesas vacías más que daría para escribir una enciclopedia.

No sólo este año han subido el IVA un 2%, sino que el año que viene van a subir la luz hasta un 6%. La compra de la vivienda habitual (derecho constitucional) ya no desgravará y se elimina el cheque-bebé de 2.500€, que era una de las pocas cosas que habían hecho los políticos por los ciudadanos en la última década. Las pensiones quedan congeladas hasta nuevo aviso y no se descarta que los sueldos de los funcionarios vuelvan a bajar.

Ah, también vamos a tener que trabajar hasta los 67 y esos últimos 15 años cotizados que servían para asegurarnos la jubilación probablemente suban a 20 años o algo así.

¿Qué será lo siguiente? ¿Quitar las deducciones por familia numerosa? ¿Un impuesto que grave las creencias religiosas?

Parece que no hayan estudiado nada porque todo el mundo sabe que cuanto más recauda un estado, más despilfarra.

Y una gran mentira es que los impuestos en España son bajos, como afirma el “iluminao” de Pepín Blanco: según un informe del Instituto Juan de Mariana, el esfuerzo fiscal de los españoles supera a la media europea casi en un 2%. Por un lado, los que tienen más dinero en España pueden acceder a una serie de deducciones a las que el vulgo no puede y, por el otro, hay que ser casi paupérrimo para recibir las ayudas que concede el estado español a los más desfavorecidos.

Es decir, está pasando lo de siempre: la falacia socialista termina por cargarse a la clase media con las mejores intenciones.

Lo último es que, habiendo pactado sus señorías que no tendrían “cesta” de Navidad este año, para dar ejemplo de austeridad y ahorro, resulta que, a algunos de los miembros socialistas del Congreso de los Diputados les ha llegado hasta una paletilla ibérica, aparte de turrones y vinos varios. Todo a cargo del erario público, por supuesto.

¿Vas a seguir apoyando a los socialistas? Pues siento decirte que eres rematadamente idiota

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Huérfano, al fin y al cabo


Por la mañana enterramos a mi madre, a la hora del ángelus.

En un día en que los meteorólogos prevían lluvia a todas horas, justo cuando debíamos acompañar al féretro a su destino final, dejó de llover, lo que supuso un alivio para nuestros dolidos corazones y un atisbo de milagro que nos indujo a pensar que el cielo no quería que la despidiésemos calados hasta los huesos.

Y así fue: Mi madre tuvo un entierro "seco", únicamente inundado del amor de aquellos que más la querían y respetaban.

Por la noche el cielo empezó a llorar a cántaros. Me dio por pensar que la tierra de la tumba en la que mi padre ya descansaba hacía cuatro meses, removida y reblandecida por el aguacero, iba a fundirse y a mezclar los cuerpos, féretros y sudarios de mis padres en uno sólo, tal y como hace el agua con el polvo, uniéndose para formar el lodo del que todos procedemos.

El dolor le lleva a uno a pensar en estos mágicos y poéticos encuentros, o en situaciones milagrosas que desembocan en finales felices que, en realidad, sólo existen en la ficción.

Lo mejor de todo es que la realidad es bien distinta: Mi madre no podía vivir sin mi padre. Por eso sólo le sobrevivió cuatro meses. Tan plena y fructífera había sido su vida que, descansando uno, la otra no podía sino seguirle enseguida.

Uno habían sido en vida y Uno son ahora en la muerte.

Así es como gusta de imaginar a los huérfanos a nuestros padres ausentes: siempre juntos, siempre unidos, siempre compenetrados.

Y no pienso que nuestro buen Dios juzgue mal esta visión. No, en este momento realmente no lo pienso.

sábado, 4 de diciembre de 2010

ZP-dorreces

Declaraciones de ZP ayer, antes de perder la sede del mundial 2018 contra Rusia: "Podríamos organizar el Mundial el mes que viene".

Precioso... Qué fuerza de voluntad, qué "talante", qué maravilla.... Estoy que no cabe más orgullo patrio en mi cuerpo. Reconozco que me encantaría que el mundial de fútbol del año 2018 se hubiera celebrado en España (y Portugal) pero expresarlo de esta manera, en mitad de la peor crisis que ha tenido España en décadas, es de una imbecilidad extrema.

Tenemos capacidad de sobra para organizar una "pachanga" futbolística entre países dentro de un mes, pero para no dejar en la estacada a miles de ciudadanos, subiendo impuestos y bajando prestaciones sociales, NO HAY CAPACIDAD.

Para ver a unos tipos cuyo "trabajo" es darle pataditas a un balón, y que ganan millonadas por ello, sí que podemos hacer un esfuerzo de un mes. Pero para reducir gastos en viajes absurdos, dietas estratosféricas, comidas pantagruélicas, "recepciones del embajador", regalos fastuosos de estado, subvenciones estúpidas y varias zarandajas políticas más, que le cuestan un ojo de la cara al españolito medio, NO HAY VOLUNTAD.

Para construir infraestructuras que luego se van a abandonar, como ha pasado con la ciudad olímpica de Barcelona o las obras realizadas para los que hubieran sido los juegos olímpicos de Madrid, sí que hay dinero en un mes. Pero para "rescatar" económicamente a millones de parados españoles que no encuentran trabajo "ni patrás", NO HAY LIQUIDEZ.

Por Dios, por la Virgen María, por todos los santos y ya incluso por el mismísimo infierno: ¿COMO PODEMOS ECHAR DEL GOBIERNO A ESTE PATRIOTA DE PACOTILLA?

¿Cuándo demonios convocarán elecciones?

A pesar de mi apatía política (provocada ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE por nuestra magnífica clase política) y de haber votado una sola vez en toda mi vida, estoy deseando que llegue esa fecha en la vida de un ciudadano español en que, por una sóla vez, puede manifestar su voluntad votando en unas elecciones (y su más absoluto repudio, en mi caso).

jueves, 2 de diciembre de 2010

Los rescatadores

Imagino que, tal y como les pasa a muchísimas familias españolas, la nuestra no consigue llegar a fin de mes desde hace dos años ya.

Mi familia (mujer y dos hijas) ha trabajado mucho este año para salir a flote, pero todo ha subido tanto (gracias al IVA, a los impuestos y al IPC) que todavía no logramos adecuar los crecientes gastos a los menguantes ingresos.

Y es que la crisis no perdona… ¿o sí? Porque yo no paro de leer en los periódicos e informativos que los bancos, gobiernos y empresas que han hecho las cosas rematadamente mal durante muchos años son “rescatados”, los pobres.

Sin embargo, nosotros (los pobres de verdad), que ni siquiera tenemos hipoteca porque durante estos años de “boom” inmobiliario no nos la hemos podido permitir, no nos merecemos ningún rescate. Es más, el rescate lo pagamos nosotros. Y, lo peor de todo, ¿dónde está el tan cacareado rescate? Porque tampoco hoy en día conseguimos que los bancos nos den una hipoteca para poder comprar una casa (bien de primera necesidad y derecho constitucional de cualquier español).

Recientemente, con lo poco que teníamos mi hermano y yo, intentamos montar un pequeño negocio que no termina de arrancar ¿Alguien me va a “rescatar”? probablemente nadie. Seguramente el "rescate" lo hallemos en manos de los inversores y accionistas, gente a la que, en tiempo de crisis, le sobra el dinero para invertir,y a los que hay que pagar dividendos cada año sí o también.

Mi familia, tal y como estamos ahora, probablemente no tengamos ni regalos de Navidad... ¿es justo que los miembros mi familia (los accionistas de mi empresa, al fin y al cabo) no vayamos a tener regalos navideños (dividendos) este año, después de trabajar duro?

La cosa no cambia nunca: el dinero llama al dinero (a su rescate) y los pobres cada vez son más pobres.