martes, 10 de abril de 2007

Blogs: Lynsinhill o la fuerza del "sin"

"Escalando la pirámide de Kukulcan"
Chitzén Itzá (Riviera Maya, México).
2004.












Una profunda admiradora de la escaladora Lynn Hill adopta sencillos y diferentes papeles a la hora de escribir, tales como periodista, narradora, protagonista, político, tratando siempre a sus personajes como quién lleva de la mano a un niño: con cariño pero con firmeza, cuidando de que no se descalabren y que lleguen a buen puerto después de sus odiseas kafkianas.

Historias cortas pero intensas nos introducen en un mundo literario esperanzador, lleno de reflexión, análisis y acción controlada, fruto de la sensatez y de la introspección. Al fin, situaciones que parecían surrealistas en la superficie, se convierten en viajes espirituales de esos que todos hemos llegado a experimentar alguna vez.

No sé a ciencia cierta cuando El Buen Salvaje conoció el blog kafkiano de Lynn. Parece ser que ella le conoció primero, honor que no tuve más remedio que corresponder. Lo que sí sabe El Buen Salvaje es que pronto la curiosidad dejó paso a la admiración porque se me presentó delante un blog de ficción escrito con brillantez, y presumo que no exento de toques autobiográficos.

Metáforas audaces y símiles sorprendentemente certeros, unidos a un habilidoso uso del ritmo literario, componen una placentera lectura, que a cada entrada mejora sensiblemente.

La Edad Kafkiana de Lynn tiene un punto para todo lector-escritor que provoca una sana envidia, que llena la voluntad de querer escribir esas historias que se leen con tanta facilidad, no ya siempre, sino incluso alguna vez, con la maestría con que ella escribe siquiera el párrafo de entrada.

Enhorabuena, Lynn. Y enhorabuena a todos sus lectores.

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