jueves, 25 de enero de 2007

Arte circense

En una despedida salvaje de soltero me encontré, mientras desayunada con los "solteros", este cartel:

Que despertó en mí varios sentimientos.

El primero, de absoluta veneración. Desde luego que, el que consiguió sacarme aquella carcajada, no podía pertenecer a la raza humana. Tenía que ser un dios viviente.

El segundo, íntimamente relacionado con la cleptomanía: Lo intenté mangar. Pero, después de pensar medio segundo, y mirando de soslayo al dueño del bar que ostentaba semejante despropósito, llegué a la conclusión de que seguramente querría librarse del tal Zamorate, personaje que ahuyentaba a la clientela. Así que, sencillamente, se lo pedí. Y, obviamente, me lo concedió.

El tercer sentimiento, siendo ya propietario de tan preciado tesoro, fue el de cercanía. Pensé que tenía más parecido con ese tipo metido en una botella que con cualquier otro salvaje de los que estaban a mi alrededor.

Desde entonces, soy un auténtico forofo de los carteles circenses.

Y, yendo al grano, la semana pasada leí, en uno de estos carteles: “Ultimo día: 21 de enero” ¿Se termina? ¿se van ya? Vaya, hombre, que pena...

Una de las tribus pertenecientes al Homo Nomada Circensis, asentó su enorme tienda en La Vaguada (Madrid), donde nos han estado ofrecido un espectáculo circense de los de toda la vida. El Circo del Sol está muy bien pero que queréis que os diga, donde esté un buen circo tradicional que se quiten los demás.

Aquí os dejo algunos de los carteles que han estado anunciando su representación, durante los cuatro o cinco últimos meses, y que han adornado el barrio de El Pilar (Madrid) y alrededores durante todo ese tiempo. A lo mejor tenéis suerte y, próximamente, los podéis ver puestos en vuestro barrio y os alegran el día a vosotros también.



Qué colores, que formas. Definitivamente, Aurori es la reina del chicle. Y, ¿a quién se le ha ocurrido lo de “Sinfonía Ecuestre”? ¡es homérico!












Este león (lo sé porque sólo utilizan leones macho en su espectáculo) quiso ser modelo profesional en su juventud, pero su carrera se vio truncada por el zarpazo de un rival, que le desfiguró la cara.
En esta foto podemos comprobar qué gran modelo se ha perdido África. Esa cara de emoción, esos ojillos de velocidad, mirándote fijamente, buscando tu complicidad. Que arte tiene el pobre león.
PD: ¡No sabía que a los leones les dejaran conducir también sin carnet, sin seguro obligatorio y sin casco! El Homo Moderno a veces es un poco contradictorio...









Con esa pinta de contar cuentos de Barbie y sus amigas no se llega muy lejos en el oficio de payaso, querido Carletto. Vaya cursilada de dibujo te han hecho, amigo bufón. No vas a hacer reír a nadie si apareces de esta guisa en la pista central, ¿O es que es una estrategia de marketing, para sorprendernos a todos, cuando empieces a soltar paridas en vez de poner cara de Mary Poppins?

3 comentarios:

Margarida V dijo...

gracias por tu voto, y por tu visita. :)

chüpetina dijo...

anda y que no molan esos carteles. a ver, es que con tanto viaje no les da tiempo a aprender marketing.

además, si no les ponen los colores esos, la gente no se fija, todo el mundo lo sabe.

(juassss, me parto con lo de "la reina del chicle").

besos babosos y otro voto pa ti hoy.

chüpetina dijo...

jo, no te puedo votar porque no te encuentro... :(