Debido a varias quejas, sobre todo familiares, me he censurado a mi mismo. Según algunas mentes pacifistas, la violencia y los insultos me quitan la razón.
No estoy de acuerdo. Hoy en día hace falta hacer nuestro el dicho de "a Dios rogando y con el mazo dando" porque parece que "quien calla, otorga" y ya estoy harto de otorgar la razón a quien le importa un bledo insultar y despreciar.
Pero, aún así, he modificado esta entrada. El mensaje sigue siendo el mismo y para la misma "persona".
3 comentarios:
Buen Salvaje. Estoy muy en contra de la recomendación de tu familia. A mi criterio el insulto es una buena propiedad de nosotros los españoles. El asunto, es insultar sin irritarse. Porque insultar irritado es una miserable perdida de tiempo. Uno insulta para irritar y reírse de los demás.
El ejemplo a seguir, es el de los que insultaban al Señor Manolete y del propio Señor Manolete. Alegremente, le cantaban “Manolete si no sabes torear para que te metas”. Pretendían irritarlo para que lo agarrara el toro. Pero el Señor Manolete, que ha debido ser muy diestro en el insulto. Se reía de ellos. Al final tanto el Señor Manolete, como sus enemistades taurinas. Disfrutaban de la corrida y de las cadenas de insultos. Feliz Navidad.
pues mira, buen salvaje, yo no sabía quién era ese señor saco contra el que arremetes tan salvajemente, como no sea el hombre del saco.
pero estoy de acuerdo con anónimo. siempre que insultando no te piques, no comerás ajos :D:D y la foto es muy, pero que muy graciosa!
el señor saco, por lo que has puesto, arremete sin razón a troche y moche. pero siempre hay gente de este tipo en todo tipo de bandos.
buen salvaje, aunque no estoy de acuerdo contigo en algunas de las cosas que piensas a veces, te respeto y me gusta leerte porque siempre dices las cosas con cabeza y sin pisotear las ideas de los demás.
besos babosos
Anónimo, cierto es que el insulto, con guasa, no pica, pero es cierto que, junto con la irritación, se convierte en violencia y eso ya no es aceptable.
Chupe, que bueno que viniste. Me parto con tus historias, original continuación de mis lecturas infantiles de El pequeño Nicolás. Gracias por el apoyo, aún cuando no estés de acuerdo con algunas de mis ideas. Te honra esa forma de pensar y de tolerar.
Saludos salvajes.
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