viernes, 2 de noviembre de 2007

La prueba del rey (5º FRAGMENTO)

Intento moverme para liberarme de la opresión que me produce el barro en el que me he hundido y, con gran esfuerzo, emerjo lentamente a la superficie, liberándome del pegajoso abrazo del limo.

Parece que la humedad se ha filtrado por las paredes de la bóveda en la que me encuentro, formando una especie de lago interior de barro. Lo primero que me pregunto es cómo puede haber antorchas encendidas en lo que se supone una cripta oculta bajo la pirámide de Cuculkán. Los sacerdotes deben ser los causantes de mantenerlas encendidas, así que por fuerza tiene que haber alguna salida.

Me acerco a la pared y empiezo a escrutarla ya que, a simple vista, no veo ninguna puerta o trampilla por la que escapar. Descubro unos dibujos, como hechos por la mano de un niño. No consigo entender muy bien lo que parecen representar y dado que mi tanteo en busca de una salida ha sido infructuoso, vuelvo al centro de la estancia, a mirar hacia arriba, calculando las posibilidades que tengo de escalar hasta el agujero por el que he caído. Unos metros antes de llegar arriba, observo que la pared se alisa y no hay ningún asidero que me permita alcanzar la salida.

Tal vez los sacerdotes se descuelguen por una cuerda o tal vez esto sea una trampa mortal.


No recuerdo a ningún rey de los Itzaes que no hubiera pasado la prueba a la que me estoy sometiendo yo, así que creo que tiene que existir algún acertijo o algún tipo de magia que me permita salir con vida de esta trampa.

Mientras cavilo estas cosas, una gran cascada de agua cae sobre mí de improviso, empapándome entero. Apartándome un poco, veo que se ha abierto una trampilla oculta cerca del agujero de la parte superior. Ni había reparado en ella ni he oído como se abría. De ella sale un chorro inmenso de agua y el nivel empieza a subir alarmantemente.

No sé que hacer, así que aprovecho para limpiarme el barro, que llenaba todo mi cuerpo y empezaba a secarse, y pienso en qué todo esto debe tener algún sentido.

De pronto, recuerdo los dibujos en la pared. Uno de ellos parecía representar una figura humana con medio cuerpo bajo unas ondas, como hundiéndose. Me acerco a examinar mejor los dibujos que antes descarté, por si me ofrecen alguna pista de lo que va a ocurrir.


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